viernes, 30 de julio de 2010

 Que profunda decepción puede ejecutar uno sobre sí mismo: godotiano a los pies de un caballete, diez años después, aún. Sueño recurrente: conducir el scenic familiar hacía el único concierto de Nick Cave en Barcelona. Desaparecer en Belchite huroneando entre las trincheras. Intentando ser un hombre. Aún